Luego de cuatro largos años de inactividad donde el gobierno y la derecha vienen ajustando a pedido del FMI, la Franja Morada convocaba a un nuevo congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA), lleno de irregularidades, con números de delegados "dibujados", sin debate alguno, rodeado de vallas y patovicas. Aquel día, la selección Argentina jugaba su partido contra la selección australiana para clasificar a los cuartos de final de la Copa del Mundo. El ingreso a la facultad de Medicina de la UBA, donde transcurrió el congreso, estaba custodiado por decenas de vallas y patovicas que pedían permiso al "coordinador" de la Franja Morada para habilitar o no el ingreso de cada una de las personas a la facultad. El peronismo, por su parte, que hace unos meses alardeaba con conformar un frente para quedarse con la conducción de la federación por primera vez desde 1983, terminó retirándose de la Junta de poderes semanas antes, desconociendo el Congreso, denunciando fraude y con una acción muy “combativa” para enfrentarlo: una conferencia de prensa. El Partido Obrero, utilizando el argumento cierto de que “todos los congresos tienen irregularidades” se sumó a la maniobra de la Franja Morada para obtener una secretaría y de esta forma intentar disimular su importante retroceso, o directamente abandono, de la militancia universitaria en decenas de universidades de todo el país como la UNLA, la UNLZ y la UNQ del conurbano, la UNS de Bahía Blanca, la UNC de Córdoba y otras provincias. El PO debería saber que una chapa más no puede ocultar la realidad. En esta oportunidad, a esta política se sumaron el MST e Izquierda Socialista, que hicieron seguidismo a un acuerdo entre el PO y las corrientes que están con quienes ajustan la educación.